Descubre por qué el internet industrial de las cosas es una solución efectiva en los procesos de fabricación inteligente.
Fue alrededor del año 2000 a.C. cuando se tuvo uno de los primeros registros del envío de una carta, uno de los medios de comunicación más primitivos que perdura hasta nuestros días.
Mucho tiempo después llegó el correo electrónico —a principios de la década de los 70— y gracias al intercambio de datos entre ordenadores, los tiempos de respuesta se redujeron significativamente para facilitar el flujo de información entre seres humanos.
Nada de esto hubiera sido posible sin el elemento fundamental, el internet, un término que evolucionó al ritmo de las necesidades de comunicación de los individuos.
Y es que la comunicación no sólo es propicia entre personas, sino entre cualquier objeto capaz de recolectar y enviar datos sin importar el tiempo y la ubicación geográfica.
Este fue el fundamento del internet de las cosas (IoT), un concepto en el que el flujo de comunicación no depende de otro ser humano, sino de otro objeto con la misma capacidad comunicativa.
Sus aplicaciones son tantas que industrias como la manufacturera lo han adoptado para facilitar los procesos de fabricación a grandes escalas. A continuación te explicamos en qué consiste el internet industrial de las cosas (IIoT) y su impacto en el sector.
Así como el internet transformó el intercambio del pensamiento a través de la escritura, el internet industrial de las cosas revolucionó los entornos de fabricación, como parte de la Industria 4.0, también conocida como la Cuarta Revolución Industrial.
El IIot es la tecnología funcional de manera independiente—soportada por sensores, sistemas de software o dispositivos alojados en la nube— que permite la conexión entre máquinas para la fabricación inteligente.
Estas nuevas herramientas operan a partir de algoritmos de aprendizaje automático, con las cuales es posible identificar y prevenir las fallas dentro de una línea de producción.
Las fábricas inteligentes de la Industria 4.0 adquieren valor respecto a las fábricas tradicionales por la cantidad de soportes tecnológicos —entre ellos el internet industrial de las cosas— que facilitan los métodos de trabajo del día a día.
Una de sus principales características es la capacidad que brinda a las maquinarias para alojar información de manera independiente y compartida. Esto permite que los objetos industriales se comuniquen entre sí, ya sea mediante el alojamiento en la nube o la intranet.
Como resultado, las líneas de producción pueden operar de manera autónoma y organizada, realizar diagnósticos para la detección de errores y continuar o detener un trabajo en caso de requerirse.
La diferencia entre el internet de las cosas y el internet industrial de las cosas radica en el contexto de aplicación de esta solución tecnológica. El primero tiene lugar en casi cualquier entorno de la vida cotidiana, desde las computadoras de uso habitual en la oficina, los celulares personales, hasta los electrodomésticos del hogar.
Por ejemplo, los relojes deportivos digitales, las bocinas con asistencia virtual y los refrigeradores inteligentes son objetos que operan mediante el internet de las cosas para su funcionamiento. Mientras que una máquina automatizada o los sensores que generan mensajes de alerta en una línea de producción son casos aplicables de IIot.
Un estudio realizado por Mckinsey & Company reveló que las fábricas que implementan soluciones inteligentes —como el IIoT— reducen entre el 30 y 50 por ciento los tiempos de inactividad de las máquinas. Además, aumentan la tasa de productividad laboral entre un 15 y 30 por ciento, y ahorran costos en el mantenimiento de inventario entre un 15 y 20 por ciento.
Las líneas de producción se ven favorecidas en todos los sentidos, desde la calidad de los productos, la velocidad de la manufactura, la satisfacción del cliente y sostenibilidad.
Además del mejoramiento en los niveles de productividad, el internet industrial de las cosas incrementa la seguridad de los entornos de fabricación. Gracias a los sensores integrados en las máquinas, el IIoT transmite señales de alarma a los empleados cuando se encuentran en situación de riesgo, ya sea ante la fuga de un químico tóxico o una falla eléctrica.
De esta manera las fábricas protegen la integridad de sus colaboradores y la reputación de la empresa.
De acuerdo con el Consorcio de Internet Industrial (IIC, por sus siglas en inglés), algunas de las aplicaciones del internet industrial de las cosas más comunes son:
Ahora que conoces los aspectos más significativos del internet industrial de las cosas no hay motivo para no incluirlo en tus procesos de producción. Son cada vez más las fábricas que lo incorporan con el objetivo de estandarizar los ambientes productivos.
Mckinsey & Company estima un crecimiento de la economía global de 3.9 billones a 11.1 billones de dólares para el año 2025, gracias al potencial de IoT. ¿Estás listo para ser parte de la revolución 4.0?
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